viernes, 19 de noviembre de 2010

PATRIOTIMO SEGÚN DON DIEGO PORTALES P.

Según el gran estadista y organizador de nuestra República, don Diego Portales Palazuelos, para la organización y progreso del país, era necesario crear un espíritu patriótico y nacionalista en nuestra Nación. Gracias a este espíritu y actitud, Chile pudo progresar y organizarse políticamente, y además pudo salir victorioso en su primer conflicto bélico con otra nación.
Pero para Portales, cuando el espíritu nacionalista se haya arraigado en la conciencia nacional, el país continuará obedeciendo maquinalmente con el alma y de hecho, no a Prieto ni a Bulnes ni a Montt, sino a una entidad abstracta: el Gobierno.
El Gobierno no es Carrera, ni O’Higgins, el gobierno es la autoridad, el Estado.
Portales también reprimió con mano de hierro la anarquía que dominaba en Chile en el año 1829, sometió a los militares a una rígida disciplina, impidió que O’Higgins volviera a la Patria, y de esta suerte evitó los trastornos que habría causado su restauración en el mando, y con ello, encarriló a la administración en la senda tranquila del respeto a la autoridad.
Portales fue un nacionalista en el sentido de que, para él, la nación estaba por encima de cualquier consideración individual. Y lo fue, también para anteponer los intereses de Chile a los de otros países.
El pensamiento nacionalista de Portales, con respecto a la política internacional, se puede resumir así:
- Chile debe ocupar, entre las naciones de América, un lugar rector, sin tener jamás aspiraciones expansionistas.
- Su lugar en el concierto hispanoamericano debe constituir un ejemplo moral y una presencia cultural, nunca política. Jamás Chile debe imponer su sistema de gobierno a otras naciones.
- Chile no debe entrometerse en los problemas políticos de otras naciones, aunque se les llame. Debe planear su política dentro de sus fronteras y teniendo en cuenta inmediata tan sólo el provecho de Chile.
- Chile debe traer a sus costas una fuerte marejada extranjera, pero sin que se diluya la veta nacional, ni que el extranjero pretenda más derechos que el chileno.
- Chile no debe mendigar jamás nada de una nación extranjera, ni tampoco mirarla hacia arriba. “Todas las naciones son jurídicamente iguales”, dice en 1830.

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